lunes, 4 de junio de 2012

Notas de Psicopedagogía Clínica 05 - 2012

Nuestra concepción de sujeto; que nos implica como profesionales de esta disciplina conserva como central la concepción del sujeto como incompleto, con fallas. Sujeto que se constituye en el vínculo con otros, que desarrolla su mente y construye conocimientos de manera autónoma; un sujeto que escapa a los intentos reiterados de rotulación y encierro en diagnósticos cerrados y definitivos. 
Y escapa muchas veces a esas trampas del lenguaje, cuando puede encontrar alguien que lo mira y le permite hablar y favorece la escucha de su palabra plena. Ese alguien que es ubicado en el lugar del gran Otro, la madre en algún momento, y a veces el terapeuta.


La Clínica de la mirada y de la escucha; respetuosa de la palabra del sujeto que se esconde tras la apariencia del yo: el sujeto que "aprende a ser", cualquiera sea su edad, su condición, sus circunstancias.
Las matrices vinculares que propician el aprendizaje que sabemos como de perogrullo tienen su origen en la vida familiar al presente adquieren matices de una complejidad distinta. No mayor complejidad, sino complejidad distinta, donde los paramétros de legalidad y trasgresión son particularmente singulares. Ya no la palabra patriarcal del padre real -al decir de Lacan-, que ha sido desbordada de inconsecuenciaen los últimos.
El otro para aprender es "otro", las significaciones que asume el objeto de conocimiento requiere de reposicionamientos que estamos construyendo. Para no hundirnos en el rutinario y monótono fracaso que cotidianamente encuentran nuestros perimidos recursos educativos y formativos.

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