domingo, 22 de octubre de 2017

Suicidio. Aproximaciones para una reflexión

 por Lic. Héctor Rubén Vega. hectorrvega@hotmail.com La temática del suicidio
 Introducción

Sus expresiones más definidas han respondido a variables que integran lo individual, el contexto familiar y lo social.
Trastornos psíquicos de relativa gravedad, cronificados por la no intervención oportuna, disfuncionalidad en el interior de los hogares y fallas en los mecanismos de contención intrafamiliares, y por último la actitud sistemática e invisible de la sociedad que se expresa en una lógica de escaso compromiso con el otro social.

Estas realidades generalmente aparecen al juzgado encubiertas tras problemáticas de tipo conyugal, entre padres e hijos, o intrafamiliares en general y son derivados por las instituciones de salud pública. No es importante su número respecto de la densidad de población que comprende nuestra jurisdicción, respecto de otras problemáticas que ingresan a la justicia de menores y familia.
Existen otras situaciones en que el suicidio aparece como encubridor de otras conflictivas no visibles, y los niños, jóvenes o adultos muestran su intención de suicidarse como un último recurso para llamar la atención sobre ellas. Abandono social, desamparo afectivo, disfuncionalidad familiar; donde los sujetos han encontrado la alternativa del suicidio o supuesto suicidio como el mecanismo última para demandar ayuda de un tercero. Inclusive las conductas de tipo acting out, devenidas en consumo de sustancias de forma crónica, alcoholismo u otro afín.
Estas observaciones puede pensarse como positiva en tanto expresa datos de escasez de estas conductas en loindividual como en lo colectivo en nuestra zona. Es una de las interpretaciones. Nosotros la valoramos como una de las posibles lecturas, ateniéndonos a la complejidad de dicho fenómeno y la factibilidad de que se presente en lugares distintos de los accesibles a nuestro conocimiento.
Convengamos que no es en el ámbito de la justicia donde preferentemente estas realidades deben ser tratadas, la sociedad tiene dispositivos previos que atienden ésta problemática. La justicia es el recurso último para la intervención en estas situaciones; cuestión básica como punto de partida en el análisis del fenómeno del suicidio.
No es redundancia referir a la complejidad de los fenómenos humanos y de la maravillosa riqueza que expresa el psiquismo de la personas. Aquí intentaremos referirla brevemente en uno de sus aspectos.
• De las causales
La realidad subjetiva en su intangibilidad se expresa en la conducta de los sujetos. Siendo determinante su intangibilidad y decisiva su consecuencia, cuando damos cuenta de su presencia y se retrae a lo más profundo de nuestra ignorancia.
Hemos de tener presente, a manera descriptiva, tres ámbitos de análisis posible de las causalidades de los fenómenos relativos a las conductas humanas, en el cual incluiremos al suicidio o a las conductas de tipo impulsivas, de acting out.
• De los niveles de causalidad
Las lecturas más usuales y del sentido común limitan la etiología o causalidad de las conductas suicidas al plano estrictamente individual. Dando lugar de influencia relativa al contexto familiary mínima relevancia al contexto social.
Tamaño error limitar a lo individual esta problemática. Las variables subjetivas se construyen en un ámbito familiar e institucional, en un marco social determinado que puede favorecer o perjudicar su desarrollo.
• Del Sujeto
En lo subjetivo individual existen variables relativas a las características psíquicas que definen su aparición. Los trastornos de tipo depresivo, la toxicomanía, el alcoholismo, los trastornos del ánimo, el trastorno de control de impulsos y los cuadros psicóticos. A cómo el sujeto ha podido alcanzar el acceso a la subjetividad.
El cual puede quedar interferido por diversos factores que favorezcan la aparición de diversas manifestaciones o incluso de patologías como las patologías de la autodestrucción. En estos casos, la falla originaria está en la constitución de la subjetividad, en la representatividad simbólica, donde aquello que no se pudo inscribir y procesar simbólicamente se descarga en actos que tienen como soporte al cuerpo, por ejemplo, las manifestaciones de violencia, adicciones, patologías psicosomáticas y los suicidios propiamente dichos.
Los intentos de suicidio para llamar la atención son frecuentes; sin embargo, no se conoce con exactitud el riesgo real de suicidio. Estas personas presentan alteraciones de la imagen de sí mismos y dudan a menudo de sus objetivos o de sus preferencias sexuales. Los sentimientos de vacío les invaden constantemente.
Son muy sensibles a los cambios en sus relaciones interpersonales que, por otra parte, suelenidealizar o despreciar sin motivos aparentes; se implican tan intensamente que las rupturas acostumbran a ser motivo de descompensaciones, a veces graves.
Realizan esfuerzos excesivos para evitar el abandono, sea real o imaginado. A menudo amenazan con autolesionarse o con el suicidio y en no pocas ocasiones lo ponen en práctica.
• Familia
El ámbito por excelencia de la construcción de matrices relacionales y de los primeros vínculos constitutivos de los sujetos es la familia.
Un chiquito de ocho años, el menor de la fratría, murió en un accidente. La madre, que adoraba a este hijo, entró en un duelo patológico, con un absoluto desinterés por la vida. Su marido estaba desesperado, ya que, además de perder al hijo, veía a su mujer al borde del suicidio. Un día, el hijo mayor los reunió a ambos y les dijo: “¿Qué me están haciendo? Yo existo...”. De modo que, cuando se encuentren con algún malvado que alardea, con las banderas del mal, de su prescindencia del amor, pregunten qué otro malvado como él le resulta imprescindible. Hay por lo menos uno, cuyo amor precisa; cuando ese uno falta, el sujeto cae. Es también la historia de Vincent van Gogh: a medida que se le fue cerrando el mundo, su único sostén pasó a ser su hermano Theo; sólo él colgaba sus cuadros. Cuando Theo le anuncia que se va, Vincent se suicida.
En un texto de periódico decía lo siguiente: “Recién cuando hizo un intento de suicidio se descubrió que el pariente abusaba de ella desde hacía años.” Como decíamos, el suicidio denuncia la enfermedad en el interiordel núcleo familiar. La existencia de malestares que si no tienen una expresión saludable, se constituyen en un riesgo que pone en juego la vida de sus miembros.

• Sociedad
El marco social y cultural, desde sus instituciones, desde su discurso explícito como implícito es productor permanente de mensajes que impactan en la subjetividad de los sujetos, generando efectos en su contacto con los objetos de la cultura que en nuestras sociedades es cada vez más perversos. Es imposible descontar estefactor en un an{alisis de cualquier problemática humana. La cultura y su medios de comunicación deciden la importancia de lo subjetivo; es más, define lo subjetivo.
• Propuestas
Albert Camus decía que sólo hay un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no la pena ser vivida es responder la cuestión fundamental. El resto viene después.
Pero hay una problemática previa a esta cuestión: me refiero a si puede efectivamente ser enunciada y si hay orejas para escucharla. Se debe buscar el malestar propio de nuestra época.
En cierto acallamiento y cierto desoír. Cierto desfallecer del síntoma y, contrariamente pero no tan paradojalmente, un incremento de la enfermedad. No tenemos que confundir al síntoma con la enfermedad.
Los síntomas personales y sociales ponen en juego una palabra anudada, una verdad subjetiva que quiere hacerse oír. Son enunciaciones fallidas que buscan su restitución en el discurso. El síntoma interpela al sujeto y a su entorno, viene a introducir en la monotonía de larepetición de lo mismo, en la monotonía de la insatisfacción alienada a una demanda, una interrogación teñida de asombro, que promueve un nuevo movimiento hacia el otro.
Estamos en un tiempo marcado más por la enfermedad que por el síntoma. Un tiempo signado por esa enfermedad que, para estar a tono con la época, quiere también ser única y globalizada. Enfermedad de la desesperación no lúcida, del desaliento malhumorado.

Tomando los ejes de análisis mencionados hemos de determinar ciertos niveles de actuación ante estas problemáticas que se pueden tener en cuenta:
✓ En lo individual: El diagnóstico precoz, a través de la detección temprana, ha permitido en no pocos casos una intervención terapéutica eficaz para evitar su actuación, lo que por sí solo justificaría el tiempo y la dedicación que demanda el adecuado aprendizaje de su importancia, en tiempos en que tanto se menosprecia la vida del individuo.
Este sistema facilita acceder al pronóstico y a la consecuente prevención. Mientras que la mayoría de las reacciones son normales, hay gente con problemas de salud mental preexistentes que tienen reacciones dañinas. Hay también algunos que reaccionan a desastres personales de un modo peligroso para sí mismos u otros. En las secuelas de la crisis, se debería siempre estar alerta a cualquier palabra u otros signos de pensamientos sobre el suicidio o comportamiento amenazador hacia individuos específicos. Si surgen, los dispositivos familiares o socioasistenciales, deberían proveer y/o buscar ayuda inmediata y derivacionesprofesionales.
Mientras que la mayoría de las reacciones son normales, hay gente con problemas de salud mental preexistentes que tienen reacciones dañinas. Hay también algunos que reaccionan a desastres personales de un modo peligroso para sí mismos u otros. En las secuelas de la crisis, el interventor debería siempre estar alerta a cualquier palabra u otros signos de pensamientos sobre el suicidio o comportamiento amenazador hacia individuos específicos. Si surgen, los trabajadores de servicio a la víctima deberían proveer y/o buscar ayuda inmediata y derivaciones profesionales.

✓ En lo familiar:
Es trascendente la intervención de la familia en esta problemática, en la derivación a centros asistenciales, en la iniciativa de realizar una consulta ante la negación de algunos de sus miembros. Las cuestiones son más complejas que las de la voluntad.
Debe saber proveerse de los recursos profesionales y/o institucionales que sirvan de apoyo a la capacidad de contención familiar y también puedan intervenir más eficazmente en lo individual si fuera necesario. Es “si fuera necesario” porque no siempre, como decíamos, un intento es real, ya que puede representar un reclamo que debe ser reconocido. En este momento la intervención de un otro, especialista, es una alternativa de ayuda a la familia.

✓ En lo institucional y social:
Es al menos curiosa la advertencia a padres y jóvenes que hizo el presidente de EE. UU.: “Tenemos que aprovechar esta ocasión para repetir una vez más a todos los niños de Estados Unidos que la violenciaes mala”. Reclamó a los padres, que den el ejemplo “mostrando cómo resolver pacíficamente sus desacuerdos”, acusó a la televisión como causante de la violencia juvenil y recomendó a los padres “proteger más a sus hijos contra las imágenes violentas que corrompen la percepción de los jóvenes y les impiden ver las consecuencias de la violencia”.

• Otros
«Mediante el suicidio quiero matarme en un momento determinado, mato a la muerte ahora: sí, ahora, ahora. Pero ya nada muestra la ilusión, la locura de ese yo quiero, pues la muerte no está nunca presente... El suicidio, en, esto, no es lo que acoge a la muerte; es, más bien, lo que quisiera suprimirla como futuro, despojarla de esta parte de porvenir que es como su esencia... No se puede proyectar matarse; uno se prepara para ello, se obra con vistas al gesto último que aún pertenece a la categoría normal de las cosas por hacer, pero este gesto no está de cara a la muerte, no la mira, no la tiene en su presencia...»

Un caso aparentemente conocido:
Respecto de lo social en las conductas de pasaje al acto, tanto en las de tipo autodestructiva como de heteroagresión es un también un significante de las mismas (Fragmento Extraído un Texto de Rabinovich).
El jovencito de Carmen de Patagones había escrito en su pupitre estas frases:  "La mentira es la base de la felicidad",  "Lo más sensato que podemos hacer los seres humanos es suicidarnos", y "Si alguien le encontró sentido a la vida, por favor, escríbalo acá".
Se trata de aforismos de una profundidad enorme, obra de unamente tan angustiada como aguda, tan certera como desesperada... ¿Sabría este chico cuántos reflejos de Schopenhauer, de Kierkegaard, de Nietzsche, había en esos terribles predicados? Muchos, muchísimos más, que de Marilyn Manson, sin duda alguna: y Schopenhauer, Kierkegaard y Nietzsche se estudian (y está bien que así sea) como bibliografía de los programas oficiales de las escuelas de todo el planeta...

"La mentira es la base de la felicidad".
¿No es ese el mensaje que recibe cualquier persona mínimamente pensante en nuestras sociedades? La "felicidad" que se vende y se consume, esa felicidad de cotillón, de fotografía de tapa, esa felicidad de los ricos y famosos, de los hermosos y exitosos, de las modelos bien pagadas y los políticos electos... ¿no está basada, acaso, en las más descarnadas, obvias y punzantes mentiras? ¿Por qué esos "felices" se drogan, se dan a conductas perversas, cambian de parejas hasta el hartazgo, se quitan la vida directa o sutilmente? ¿Puede negarse la realidad de este aserto nefasto?
     "Lo más sensato que podemos hacer los seres humanos es suicidarnos"...
¿Y no es eso, acaso, lo que estamos haciendo? De maneras solapadas, subterráneas, clandestinas a veces... Contaminando los mares, talando los bosques, agujereando el ozono, pudriendo las tierras, volcando desperdicios ominosos en los ríos, y empleando artefactos cancerígenos en aras del progreso...
En otras palabras, si la vida fuera como los gurúes del mercado la pintan, como la publicidad nos la ofrece, como las pantallas nos ladescriben, como los carteles nos la prometen, si esa fuera la razón del mundo y de nuestra especie, si esa fuese la teleología de la evolución, desde las amebas hasta Neruda, desde los paramecios hasta Einstein, desde los trilobites hasta John Lennon, entonces... ¿qué más sensato podríamos hacer que suicidarnos?

"Si alguien le encontró sentido a la vida, por favor, escríbalo acá", pidió el muchacho de negro...
¡Ay! Sus quince años, bien se nota, estaban vacíos de Cristo, de Buda, del Mahatma, de Erich Fromm, de Fray Luis de León, de Víctor Hugo, de Salgari, de San Francisco de Asís, de Alejandro Dumas, de Maimónides, del Arcipreste, de Kipling, de Mandela, de Dickens, de Ghibrán, de Saint-Exupery, de Juan  Pablo II, de Cronin, del Dalai Lama, hasta de Paulo Coelho, de Serrat y de Paul Mc Cartney. Y de tantos otros...

¡Escuchemos el ruego de este muchacho! ¡Los que hemos encontrado sentido para la Vida, escribámoslo!
En todos los pupitres, en todas las aulas, en todos los periódicos, en todas las almas. Gritémoslo felices, sin estridencias, sin soberbia alguna, pero con profunda simpatía, para que nos escuchen nuestros jóvenes.
Para que sepan que la verdadera felicidad no se basa en la mentira, pero no es, ciertamente, la misma que les quieren vender en cada esquina.
Que los humanos tenemos cosas mucho más sensatas para hacer que suicidarnos, porque la Existencia es algo hermoso, si se la encara como una gesta de amor y trascendencia, de combate por un mundo mejor, sin discriminaciones ni odios, sin hambre ni misiles. Sin pistolas.

viernes, 23 de octubre de 2015

Exposición sobre Maltrato Infantil

Maltrato Infantil

Una Familia :
§- Personajes:
v o madre (40),
vo padre mayor fallecido hace dos años (80)
vo hijo joven discapacitado (20)
v o Adolescente (18) con su bebé (8 meses)
vPareja de la Adolescente (45)

v o Hijo púber desescolarizado con retraso intelectual funcional

§Intervenciones: salud, educación, municipio y desarrollo social de la provincia.

§Situaciones de violencia familiar, violencia de género, probable abuso. Maternidad precoz, maltrato infantil, deserción escolar, bajo peso, abandono a una persona con discapacidad mental y sordera.

Familias con PSC (Carballeda)  
§Trabajo fragmentado y fragmentario
§Sobre intervención
§Resultados parciales y del corto plazo
§ La distorsión del sentido común y el sentido común que distorsiona 

§“Problemáticas Sociales Complejas” (PSC) para referirse al producto que surge de la tensión entre necesidades y derechos sociales y civiles; en un contexto signado por grandes desigualdades sociales, emergencia de derechos subjetivos, incertidumbre entre las expectativa sociales y las posibilidades de alcanzarlas y crisis institucional.

§Nos encontramos en nuestras prácticas con nuevas formas de padecimiento, subjetividad y conflictividad en un mundo caracterizado: por incertidumbre con respecto al futuro, nuevas formas de pobreza, la perdida de lugares de socialización y nuevos movimientos migratorios

Criterios relevantes
§El anti destino como enfoque
§El plus subjetivo necesario
§Variables subjetivas– éticas – principios de no iatrogénicos 

miércoles, 7 de octubre de 2015

Ley de Salud Mental 26657


martes, 2 de diciembre de 2014

Vínculo sobre Trabajo en Equipos y Estimulación Temprana

http://www.psicopedagogia.com/articulos/?articulo=325

http://www.elcisne.org/noticia/formacion-clinica-equipo-estimulacion-temprana/585.html

Notas sobre la medicalización de los niños y niñas molestos

Ya Winnicott lo mencionaba, al decir que "molesto" es un niño sano que interroga al adulto, es tan natural como el niño que juega que el niño moleste.
De otra forma estaríamos esperando síntomas de adultez prematura en un niño al pretender una adaptación a nuestras necesidades e intereses de manera absoluta.
Ya lo he dicho en algún otro texto por ahí, que la condición del aprender no siempre se liga a lo placentero, sino más bien, cuando es esencial, se ve atravesado por el sufrimiento y el dolor.
Lo que sucede es que muchas veces la molestia de los niños, especialmente los varones, desarticula, altera, desestabiliza estructuras complejas de relación entre los adultos o intra lo adultos.
Se ubica en puntos de clivaje -al decir de una pedagoga que leí en mi formación de base- que denuncian problemáticas que deben ser resguardadas como parte de las neurosis adultas. Y allí comienza el problema del niño, y para los adultos se objetiva en el niño la problemática.
Esta, es la mejor manera insconsciente de resolver una tensión interna intrapsíquica de los adultos.


Al centrarme en la causalidad psíquica de estas expresiones sintomáticas, no desconozco orígenes posibles de índole orgánico, sino más bien, no me dedico a ellos ni los niego en este momento.
Una vez estructurada en los adultos esta forma de funcionar y pensar la situación de su hijo, los demás complementan esta mirada. Muchas veces, "los demás" incluye al terapeuta, psicólogo, psicopedagogo, u otro. Quienes de manera conjunta, inconsciente también, abrevan en la idea del síntoma como una cuestión de índole individual, subjetiva, orgánica.
Prontamente acuden miradas de tipo médicas, que señalan la necesidad de buscar en la farmacia aquello que va a ayudar al niño, y a los padres -agregaría, a los terapeutas- a mantener conductas adaptadas.
El sujeto, el niño, queda atrapado en este corsé farmacológico, construido inconscientemente por los adultos que pretenden ayudarlo.
Tanto la medicación como las terapias centradas en el control de las conductas del niño, tienden a tapar, obstruir la expresión del malestar que subyace, la pregunta sobre qué es lo que influye y cuáles son las circunstancias en que se dan las conductas del niño.
Pero todo este recorrido fatalista puede tener otros desenlaces más saludables...

martes, 21 de octubre de 2014

Acerca de la constitución del Sujeto

 Qué es el niño[1]

 Qué articulación es posible establecer entre los cuatro momentos lógicos de la constitución subjetiva: narcisismo, estadio del espejo, fort da y Edipo.

Existe una articulación estructural entre los conceptos a los que alude la consigna. Si bien son conceptos que no todos han sido concebidos en tanto articulables entre sí, representan movimientos lógicos en la estructuración psíquica, que se relacionan e imbrican íntimamente.
Si tomamos el concepto de narcisismo, utilizado por Freud y relegado por Lacan[2] que en su bosquejo primitivo puede asociarse a la primera fase del estadio del espejo, el cual está muy ligado al narcisismo parental –como proyección de éste- ya que la imagen con la que se identifica el niño es la que le ofrece su madre –constituida en representante del Otro-.
En esa suerte de separación de la madre que se juega en el fort da se inaugura lo real de la ausencia materna y se genera la diferenciación progresiva yo no-yo.
En esta última fase del estadio del espejo con esta imagen construida por el otro materno, se inicia el primer tiempo del Edipo según lo enuncia Lacan, el cual derivará en la intervención paterna y las consecuentes identificaciones que definirán la constitución del sujeto.


Para una articulación más estable entre los momentos mencionados en la consigna se requiere de una profundización de los conceptos; los cuales han sufrido, en el devenir de la reflexión teórica de “los padres” del psicoanálisis y sus contenidos, significativas transformaciones.
Estos conceptos son instrumentos que permiten la lectura, el análisis y la intervención con los padres, profesionales que interactúan con el paciente, en las diversas posiciones asumidas por éstos y el particular lugar que se le da al niño en el proceso de subjetivación ya por parte de los padres como de los propios profesionales que intervienen con él.
Analizar también el vínculo con la madre o su sustituto, la autonomía conseguida o no en su desarrollo, la intervención del padre como tercero necesario para romper la díada madre-hijo. El lugar de la patología en el psiquismo de los padres y el rudimentario psiquismo del niño.
Psiquismo evidenciado en el discurso de los padres: en los actos, sus silencios, sus ausencias, sus olvidos y en la recurrencia de indicadores en la matriz relacional del sujeto.

La transferencia conceptual encuentra exigencias atravesadas por el malentendido, lo cual requiere de cierto posicionamiento dinámico por parte de los terapeutas que intervienen para aprehender de sus intervenciones.
Es larga la reflexión acerca de la transferencia entre teoría práctica y amplio el margen de desacierto que tiene la valoración teórica de los casos en momentos distintos a su conclusión.
……………………………….
Se toman, a mi entender, a fines didácticos estos cuatro momentos estructurales y estructurantes de la subjetividad.
Si bien no existe sino una relación de tiempo lógico entre los momentos de las constitución subjetiva, en diferencia al tiempo cronológico; ambos se entrecruzan y anudan de forma singular. El sujeto se constituye en este atravesamiento, o no.

Narcisismo:
En el narcisismo, captación amorosa del sí mismo, el bebé va construyendo progresivamente su unidad yoica hasta poder establecer relaciones con los objetos del mundo externo. Dependiendo del lugar simbólicoque le asignen los padres, de las palabras inscriptas en el inconsciente que dirige la función materna y paterna.

Estadio del espejo:
Es un momento que atraviesa el niño entre los seis y dieciocho meses de vida, donde su imagen reflejada en el espejo le produce un estado de júbilo, lo que generalmente es festejado por su madre. El niño sólo puede llegar a reconocer su imagen en el espejo, si ésta es deseada y libidinizada por la madre –quien oficia de espejo-. Este encuentro de su imagen con la imagen del otro, le permite diferenciar entre él y el otro, el yo del no-yo.
Narcisismo y estadio del espejo se corresponden, pues el deseo y la mirada del Otro materno son imprescindibles a la constitución del sujeto.
Juego del Fort-da:
El juego del fort-da, tomado por Freud para representar la instancia de elaboración de la ausencia materna por parte del niño. Son inherentes a este momento la actividad lúdica y el inicio de la representación simbólica, lo que constituye la base para el desarrollo de este juego que genéricamente se denomina fort-da en alusión a la experiencia de juego observada por Freud en su nieto de año y medio.
En este suceso de partida de la madre el niño representaba un papel pasivo, era el objeto del suceso, papel que troca por el activo repitiendo el suceso, a pesar de ser penoso para él como juego.
“Este impulso podría atribuirse a un instinto de dominio, que se hace independiente de que el recuerdo fuera o no penoso en sí. […] El arrojar el objeto de modo que desapareciese o quedase fuera podía ser asimismo la satisfacción de un reprimido impulso vengativo contra la madre por haberse separado del niño y significar el enfado de este: «Te puedes ir, no te necesito. Soy yo mismo el que te echa.»
Freud en el mismo texto de Más allá del Principio del placer agrega que el niño acostumbraba “un año después, al enfadarse contra alguno de sus juguetes, arrojarlo contra el suelo, diciendo: «¡Vete a la gue(rr)a!» Le habían dicho que el padre, ausente, se hallaba en la guerra, y el niño no le echaba de menos, sino que, por el contrario, manifestaba claros signos de que no quería ser estorbado en la exclusiva posesión de la madre”. Dando claramente lugar a la articulación de esta experiencia lúdica a el inicio de la conflictiva edípica.

Complejo de Edipo:
Complejo de relaciones en la estructura familiar en la cual se incorpora el niño en su fase fálica de desarrollo psicosexual, donde la curiosidad sexual hacia su madre crea un vínculo de naturaleza erótica con ella y de agresión hacia la figura paterna. Es el padre, lugar de la ley, quien impide el incesto con su doble mandato: “no te casarás con tu madre” y “no reintegrarás tu producto”. Es la madre quien debe hacerlo escuchar por el niño; es ella quien autoriza al padre.
Este momento involucra una serie de experiencias placenteras y represivas que acarrean como corolario la instauración del yo ideal y de la conciencia moral (instancia superyoica).

En otros términos, es el Complejo de Edipo que decide de manera más o menos definitiva el tipo de elección de objeto y la identidad sexual del sujeto.
Estos momentos que se constituyen entorno al concepto del niño y su sexualidad no existen en la práctica como tales. No son traspuestos directamente sino como consecuencia de una observación intencional, sistemática, de la atención “libremente” flotante del trabajo clínico y del análisis de la propia posición respecto de estos momentos en la historia subjetiva del terapeuta.

La ética del terapeuta reside en valorar todas las observaciones, análisis e interpretaciones de la experiencia clínica, desde el análisis de su propia subjetividad (llámese contratransferencia o resistencia del analista).

¿Cómo y dónde se observan estas cuestiones en el trabajo clínico?
Estas cuestiones cobran relevancia cuando observamos:
ü  Relaciones  simbióticas entre bebé y madre que se prolongan en el tiempo;
ü  Cuando la angustia del niño se corresponde a la angustia materna.
ü  Cuando la mirada materna registra no registra logros del niño;
ü  Cuando hay una negación del lugar del padre, madres solteras.
ü  Vínculos agresivos y violentos entre padres e hijos.
ü  Etc.
Ejemplos que remiten al propio tránsito de los padres por estos momentos en la constitución de su subjetividad. Donde es particularmente central las características de la elaboración de la conflictiva edípica.


Ø  Determinantes y/o condicionantes para la construcción de la imagen corporal del niño. Su valor para la constitución subjetiva.
Quien rescata del estado de prematurez e indeterminación -del altricial desamparo- es la madre con su función. Aquí cumple un papel relevante las características subjetivas de la madre y su pasaje por los desfiladeros del significante.
El lugar en el que se ubica el niño imaginado, el duelo frente al contraste entre éste y lo real de la discapacidad que se incorpora como siniestro en el narcisismo de cada padre y de la pareja conyugal.
Lacan en su monografía “La Familia” destaca la importancia de las características de salud o patología vincular entre los padres, pues es en ése espacio en que se ubica el niño.
Una madre suficientemente buena que pueda elaborar el duelo del niño deseado y la  -ruptura narcisista consecuente- puede rescatar al individuo de la psicosis o de la muerte. Facilitando su tránsito por los momentos lógicos de constitución del psiquismo, en su contacto físico con él, en la comunicación, en la atención sobre los diversos aspectos del desarrollo de su hijo (función escópica).
La discapacidad pervierte la relación de la madre con su propio deseo y su deseo de hijo, la cual en tanto se pueda reacomodar, reposicionar, posibilitará el surgimiento de un deseo propio del niño.

Ø  “El deseo del Otro”, “Baño del lenguaje”. “Sujeto de deseo”.

En el desamparo del individuo humano al nacer, es el “deseo del Otro” –representado por la madre- el que le permite constituirse en sujeto y entablar ese doble vinculo con el Otro y con su propio deseo. Deseo inconsciente que acarreará durante toda su existencia en tanto sujeto.
El concepto de “sujeto” tomado por Lacan como ¡aquello que se habla” o “asunto de que se habla” da cuenta claramente del valor atribuido al lenguaje como estructura que preexiste a los humanos y que los determina .
Está claro que su concepción del lenguaje sobrepasa a la versión de la lingüística tradicional ya que alude a las producciones simbólicas que tienen sus raíces en el Inconsciente. 
Son conceptos recurrentes y equívocos que pueden alcanzarse a comprender cabalmente por la transmisión académica –en parte- y principalmente por el tránsito por el análisis personal. Lo transferencial en el sentido analítico se da también en el aprendizaje de la teoría y práctica clínica.

H.R.V.




[1] Trabajo de integración. Especialidad en Estimulación Temprana. Fundación Centro Crianza Córdoba. 2005.
[2] Narcisismo según Lacan sólo aparece como consecuencia de un punto de referencia propio, un cierto sí mismo. Primitivamente no puede haber narcisismo si no hay yo.

El mundo no es tan normal como lo creemos


Casi nadie va a sacarlo de sus casillas...
  
"Casi nadie va a sacarlo de sus casillas, el caballo relincha, el perro ladra. La suma de los ángulos de un triangulo es igual a dos rectos, la sopa, la conciencia, el alcaucil, después del dos el tres, después del hoy mañana. Casi nadie lo sacará de sus casillas, casi nadie ni nada porque como tomar en serio esos latidos en que el sueño es acceso, esas miradas de insoportable lucidez en un tranvía, eso que ahora dice huye, pero al final, al fin y al cabo no era más que un gajo de naranja reventando en la boca. Como tomar en serio que una puerta vea la tristeza cuando el arquitecto la abre al pasillo, como tomar en serio que uno senos dibujen paralelos a sus jardines cuando es hora de ir a la oficina, imposible negar las evidencias dice el doctor y dice bien. Inútil sacar de sus casillas al honesto almanaque, San Rulfo, Santa Tecla, San Fermín, La Asunción. El caballo relincha, el perro ladra. Casi nadie le ofrece en una esquina un pedacito suelto de bicicleta o trompo. Casi nunca es verano en pleno invierno por razones de estricta y pulimentada lógica. Hay que ser lo que se es o no ser nada y nada lo sacará de sus casillas y si un caballo ladra no lo sabremos nunca porque los caballos no ladran. Bastaría un apenas, un no quiero para empezar de otra manera el día, hervir la radio con las papas y a cada chico darle un cocodrilo para que huela a miedo en las escuelas, sacar a los muertos a que tomen aire, meter las mitras en la mayonesa, actividades subversivas claro, pero claro otras cosas hay.

Fusiles corren por las picadas, Sudamérica crece en su selva hacia la aurora de tanto arroz bañado en sangre, nacerá otra manera de ser hombre, no cito más que apenas estas cosas, sacó de sus casillas unos cuantos que todavía creen en la poesía encasillada en su vocabulario lleno de compromisos con lo abstracto, la suma de los ángulos de un triangulo, los caballos no ladran, dice el doctor y dice bien. "



 Julio Cortázar